Que viene el lobo !!!!
Probablemente recuerdes la historia de Pedro y el lobo, el pastor mentiroso, aquella en la que un joven pastor alarmaba a su pueblo gritando: QUE VIENE EL LOBO!!!, solo para burlarse de ellos cuando los pastores que habían acudido a socorrerle descubrían que era mentira. Pero, un día, el día que el lobo realmente apareció, y por mas que Pedro gritó nadie le creyó, y las consecuencias fueron desastrosas, perdió su rebaño.
Este relato, que me contaban de niño, servía para enseñar la importancia de la honestidad y el peligro de las falsas alarmas.
Durante años, hemos proclamado que los avances tecnológicos representarían una revolución social. Hemos vivido impactos a largo plazo, como el del nacimiento Internet o la web 2.0.
Recuerdo cuando, en los años 95 y 96, discutía con ejecutivos de grandes bancos sobre Internet. Algunos apenas concebían tener una dirección de correo electrónico por sucursal, y la idea de que los empleados tuvieran correos personales o que las páginas web se generalizaran parecía impensable por razones de seguridad y prácticas, y también porque los clientes nunca se gastarían dinero en tener acceso a Internet.
También recuerdo la primera reunión que tuve con El Corte Inglés cuando nos dijeron que nadie se atrevería nunca a comprar on-line, y que si eso pasaba ellos tenían suficiente fuerza para lanzar su tienda on-line en 5 minutos.
Pasó lo mismo con la llegada de la Web 2.0 (2005-2006). El impacto de las redes sociales ha sido subestimado, fuimos incapaces de prever su impacto incluso en los procesos electorales o como cambiarían la sociedad. Hoy debatimos sobre el uso de móviles en las escuelas debido a su efecto en la educación.
Como dijo Bill Gates, tendemos a sobrevalorar los cambios a un par de años vista y subestimar aquellos que sucederán en 5.
En los últimos años, hemos presenciado o vivido lo que se anunciaba como revoluciones: Blockchain, el Metaverso, la computación cuántica, etc. Pero estos cambios no fueron tan visibles como se esperaba. Ahora, con la sorprendente innovación de la inteligencia artificial, muchos en el mercado se muestran escépticos, viéndolo como otra exageración de tecnólogos y entusiastas que proclaman un cambio radical.
Sin embargo, creo que esta vez es diferente. Es como si, en la fábula, el lobo finalmente hubiera llegado. La inteligencia artificial es ese lobo enorme, listo para transformar profundamente nuestro trabajo y nuestra sociedad.
Yo creo que esta vez si que hay lobo, que es enorme y que además no sabemos como nos va a afectar. Puede que en vez de comerse las ovejas sea un lobo vegetariano y lo que acabe comiéndose sea los pastos, y entonces las ovejas mueran.
Yo por si acaso ya he empezado a correr.