¿Hasta donde debe llegar un directivo?

Verdades incómodas

17 Jan 2024 4 min

He de confesar que muchas veces tiendo a ignorar la realidad del mercado cuando no me gusta. Los clientes quieren una cosa, y muchas veces me he empeñado en demostrarles que lo que querían estaba equivocado. No es que yo haya cambiado mucho, pero al menos ahora soy consciente de ello.

NeuroK estaba bien diseñado; era un fantástico producto desarrollado en colaboración con los mejores en el campo de la neuroeducación y hecho por un fantástico equipo de desarrollo de software. El problema de NeuroK es que estaba hecho para alumnos que no existen y profesores que tampoco existen.

NeuroK estaba pensado para facilitar el aprendizaje de alumnos motivados, de la mano de profesores motivados que estaban dispuestos a someter a la conversación sus puntos de vista y sus aprendizajes, a convertirse, no en distribuidores de contenidos, sino probablemente en distribuidores de preguntas y orientadores en el camino del aprendizaje.

Pero la realidad es que este tipo de profesores y alumnos escasean; no son frecuentes. Esto no quiere decir que la mayoría de los participantes en programas de formación sean unos indeseables desmotivados y que no tengan ninguna gana de aprender. Esto quiere decir simplemente que tienen otras prioridades y que su nivel de motivación es el que es. Se han apuntado al curso, y están dispuestos a comprometer el tiempo que el curso les demanda (en presencial), pero probablemente hace falta demasiada energía y en la vida hay demasiadas cosas que hacer como para que un alumno haga todo lo que en NeuroK se esperaba de él.

En la última edición de Liderando con Inteligencia Artificial, lo hemos vuelto a vivir y espero que aprendido. Es un experiencia que se desarrolla viernes por la tarde y sábados por la mañana, y conseguimos reunir unos alumnos estupendos (en la web puedes ver el feedback que nos han dejado), que no han podido hacer el trabajo que nosotros esperábamos que hicieran entre semana. Al final, trabajan muchas horas, hay mucho lío siempre y es muy difícil sacar unas cuantas horas adicionales para trabajar en el curso.

Al pedir la evaluación del curso, una de las cosas que nos han dicho es que han echado de menos tener más tiempo para poder practicar con las herramientas de inteligencia artificial con las que estábamos trabajando durante el curso.

Y esto ha sido una sorpresa. Nosotros pensábamos que practicar con las herramientas era algo que un alumno podía hacer en casa, que no necesitaba estar en el curso y que era mucho más interesante dedicar el tiempo del curso a extraer el conocimiento y la experiencia de los fantásticos profesores con los que contábamos.

Nuestro error fue no entender que el alumno que se apunta a un curso presencial hace un compromiso de participar las horas del curso, y eso ya es un esfuerzo enorme que, por supuesto, tenemos que agradecer. Pero no podemos contar con que dedicará muchas más horas de las que invierte en el curso.

En cualquier caso, por una vez, en vez de empeñarme en hacer que el mundo sea como me gustaría que fuera, lo que hemos hecho es adaptarnos y entender que el alumno ha hecho un enorme esfuerzo, y que, por lo tanto, hay que corresponderle dándole lo que él espera. En el nuevo curso de “Liderando con Inteligencia Artificial”, hemos aumentado el tiempo disponible para las prácticas durante el curso.

Lo mismo nos ha pasado con la plataforma que montamos para dar soporte a las conversaciones online. Al final, el uso real ha sido el repositorio de los contenidos y enlaces que hemos compartido, pero los alumnos no tienen tiempo o tienen demasiadas redes en las que participar, como para que la plataforma sea realmente útil. Lo que hemos hecho para la segunda edición es simplificar la plataforma, contaremos con un grupo de Telegram y un repositorio de documentos disponible online que es lo que de verdad han usado los participantes.

Pero para mí, la lección más importante de todo esto ha sido que ahora, cada vez que me enfrento a un problema, intento identificar las verdades que no me gustan, y eso me está ayudando a identificar qué cambios debo hacer.

Es la Plegaria de la Serenidad:

“Señor, dame fuerza para cambiar lo que puedo cambiar, paciencia para aceptar lo que no puedo cambiar y sabiduría para distinguirlo”.